domingo, 27 de septiembre de 2009

PORTEÑO


Yo nací en una herradura
de un caballo llamado Chile,
entre un cerro y un mar azul,
como luceros de Diosas rubias.

Crecí con el viento sur
entre quebradas porteñas
y bailé toda una noche
a la luz de las estrellas.

Soñé con ser un marino
sin barco ni capitán,
solamente con un timón
para jugar con el mar.

Recorrí enumerando calles,
escalas y ascensores,
de bajada o de subida
esperando a mis amores.

Fui estibador en el puerto
y un juglar en cada cerro
y lo pasaba contento
cantando mis propios versos.

Allá en los cerros de Pancho
quedaron mis sueños locos,
de los malos no me acuerdo
y de los buenos guardo un poco.





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